Dicen que la voz del pueblo es la voz de Dios pero lamentablemente esta premisa no se cumple con la famosa entrega de los premios al mejor jugador del partido de la Liga Colombiana.
Desde que le abrieron la posibilidad a que la gente votara por el mejor jugador se ve cada papelón en la elección que ya raya en lo circense y ridículo.
Para la muestra un botón, la elección de Teófilo Gutiérrez como jugador del partido entre Junior y Envigado es algo absurdo.
En condiciones normales se debió elegir a un jugador del Envigado que a la postre se llevó los tres puntos de manera épica en el estadio Metropolitano de Barranquilla.
En otras ocasiones el público eligió a Falcao, un jugador muy querido pero que evidentemente tiene un nivel muy pobre y solo vive de su pasado glorioso.
Está claro que los hinchas no votan por el mejor sino por sus ídolos. Ya es hora de frenar esa ola de injusticias y premiar a los que realmente son los mejores de la cancha lejos de apasionamientos o amor enfermizo por una camiseta.